sábado, 15 de noviembre de 2014

TE QUIERO SOLAMENTE A TI

TE QUIERO SOLAMENTE A TI 

Cada día dibujo sueños y dibujando encuentro los tuyos y pintando descubro el despertar y coloreando te hallo a ti y mirándolos sonrío de felicidad.
El hombre que no ha amado apasionadamente, ignora la mitad más hermosa de la vida.
Puede que el amor no haga girar al mundo, pero debo admitir que hace que el viaje valga la pena.
Hay que luchar por los sueños, pero hay que saber también que, cuando ciertos caminos resultan imposibles, es mejor conservar las energías para recorrer otros caminos.
No te dejes llevar por la tristeza, ni dejes que tus pensamientos te atormenten. Un corazón alegre es la vida del hombre, y la alegría le alarga la vida. Sosiega tu espíritu, y consuela tu corazón; aleja de ti la tristeza, porque la tristeza ha perdido a muchos, y ningún provecho se saca de ella. La envidia y la ira abrevian los días, y las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo. El corazón radiante tiene buen apetito: le aprovecha todo lo que come.
Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.
Una mentira puede correr 6 veces por el mundo antes de que la verdad haya tenido tiempo para ponerse los pantalones.
No estés triste si el dueño de tu corazón no te da cariño. Así como la vida te da motivos para llorar demuéstrale que tienes muchos motivos para sonreír y uno de ellos es el amor que yo siento por ti.
Quien no es capaz de perdonar, destruye el punto que le permitiría pasar por él mismo. Perdonar es olvidar. El hombre perdona y siempre olvida; en cambio la mujer solamente perdona.
La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.
Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás.
Si decimos que amamos a Dios, a quien no vemos, y no amamos a los hermanos, que tenemos a nuestro lado, somos unos mentirosos.
Las cosas y las personas no son nunca grandes o pequeñas de un modo absoluto y por sí mismas, sino que siempre son grandes o pequeñas en relación con otras.
Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.
No existe el amor, sino las pruebas de amor, y la prueba de amor a aquel que amamos.




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